Villa en Altea, España

Una auténtica obra maestra de la arquitectura. La villa sorprende por su belleza con el magnífico telón de fondo de las colinas de Altea. Cuando se mira esta creación desde arriba, se asemeja a una bandada blanca de gaviotas a punto de despegar.

Se trata de una fusión única de inspiración y armonía que cobra vida. Esta casa, como una escultura, está inmersa en líneas inspiradoras y curvas armoniosas. Envuelta en tonos delicados y brazos amplios y acogedores, como si invitara a todos a entrar y disfrutar de la fantástica atmósfera.

Exuberantes jardines, repletos de plantas mediterráneas y palmeras, rodean el dormitorio principal y cuatro espaciosas habitaciones de invitados, cada una con terrazas y baños privados revestidos de terracota y mármol. Los apartamentos separados para el personal proporcionan un alojamiento cómodo para el personal permanente.

Las piscinas infinitas y varias terrazas con vistas al Mediterráneo crean una fusión sorprendentemente armoniosa de la casa y el paisaje circundante: aquí el agua abraza la tierra y el cielo se conecta con el mar. Para los más pequeños se ha diseñado una piscina poco profunda, que garantiza un baño seguro para los niños. Y en lo profundo de las rocas bajo la propiedad se esconde una bodega excavada, donde se almacenará una colección de vinos.

El tiempo parece ralentizarse en la villa, lo que permite al alma disfrutar de cada momento, sumergiéndose en la belleza y la armonía de la naturaleza, rodeándose de arte creado para la vida.